¿Cómo llegó el cacao a Chungui?

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Colaboración de Rene Juárez La Rosa

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La historia que yo sé es así:

Cuando yo era niño solía viajar a lomo de bestia con mi padre, Víctor Juárez Paredes. Viajábamos desde Chungui hasta Huanta a través de un camino de arriero, esto duraba 8 días ida y vuelta. Eran los años de 1949 a 1951, yo tenía entre 8 y 10 años, en uno de estos viajes mi papá me contó la historia de cómo su padre, mi abuelo, Don Emilio Juárez Salas, llevó el cacao a Chungui.

Cacao Chuncho en Chinchibamba

Don Emilio, un chunguino valiente, se había unido a las tropas del Mariscal Andrés Avelino Cáceres durante la Guerra con Chile y luchó, incluso, al lado del Coronel Víctor Fajardo. Cuando termina la guerra regresa a Chungui y como ex-combatiente solicita al Estado un reconocimiento, por lo que se le concede una parcela de unas 400 a 500 hectáreas de bosque en la zona de Rosas Pampa, Chiribamba y Sintu. Aquí, primero cultiva caña de azúcar y con dos de sus hermanos produce aguardiente. Pero su inquietud era mayor por lo que piensa en el cultivo del cacao, café y maní.

En esos tiempos, finales del siglo XIX, no había cacao en la selva de Chungui, pero Don Emilio sabía que crecía en Quillabamba, Cuzco, y decide mandar a dos peones tomando la ruta de Churca, Sonqopa, Pallqas, Muyoq, es decir, siguiendo el trazo del Camino Inca que une Ayacucho con Cuzco; cruzan el río Pampas, y continúan hasta Quillabamba en Cuzco. Allí los peones consiguen los potes de cacao, con estas semillas vuelven a Chungui y se encaminan de regreso a Rosas Pampa. Estas semillas son sembradas aquí pero no llegan a crecer, es que la ruta tomada cruzaba la sierra, y el intenso frío sumado a los días que duró el viaje las había afectado.

Rene Juarez La Rosa

Mi abuelo Emilio era persistente, así que hace un segundo intento y esta vez fue él mismo con sus trabajadores a Quillabamba, pero decide cambiar la ruta, eligiendo un camino con un clima más cálido de modo que las semillas no se enfríen. El trayecto lo hacen por Jahuanyunca y Chinete, cruzan el río Apurímac y llegan a la Hacienda Usambre. Aquí el grupo tiene que enfrentarse con otro obstáculo. El dueño de la Hacienda Usambre era un hombre cruel, que cometía diversos abusos con los nativos y no permitía que gente extraña atravesara sus tierras para evitarse molestos testigos. Sin embargo, este señor de apellido Verge y mi abuelo Emilio habían sido compañeros de armas durante la guerra con Chile, mi abuelo habló con él solicitándole su permiso para cruzar sus terrenos, Verge accede: cruzarían las tierras de la hacienda solo dos veces, una de ida y otra de vuelta.

Esta vez hubo éxito. Las semillas de cacao traídas de Quillabamba a Chungui por una ruta más amable con ellas, fueron sembradas y crecieron en la hacienda de Rosas Pampa.

Y, según me cuentan, hasta el día de hoy existen unas cuantas plantas centenarias de este cacao original como testigos perdurables de un visionario patriota chunguino de segunda generación, quien fue Don Emilio Juárez Salas.

Esto es lo que yo recuerdo que me contó mi padre. José René Juárez La Rosa (Nieto)

Los hermanos Ayala y el llaqtamaqta de Chungui

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Por el año 1997, conversando con mi tío Alfonso Palomino, quien sin ser chunguino era un ferviente promotor e investigador de la cultura e historia de Chungui, decidimos viajar al pueblo donde nací, había pasado 20 años desde que regresé junto a varios muchachos estudiantes que volvían en sus vacaciones de medio año en un lejano 1967 y aquel entonces ya estaba tranquila la zona luego de años de convulsión social. Para el viaje nos agenciamos de una cámara de rollos y una videocámara Sony video 8, desde Ayacucho nos acompañaron mis primos Eber y Peradia, viajamos en una combi hasta la feria de Huarcca y llegamos a Chungui luego de una caminata de 4 horas. En Chungui recorrimos los lugares que habíamos frecuentado de niños, nos fuimos por los cerros que rodean el pueblo sin percatarnos que jóvenes del Comité de Autodefensa nos vigilaban en todo momento, pues nuestros familiares directos nos conocían, pero mucha gente, sobre todo los jóvenes, ya no nos conocían. Regresar después de tanto tiempo, recorrer los lugares que habían quedado grabados en nuestra mente, hasta se podía sentir el olor del aire, al entrar en contacto con ciertos lugares las imágenes grabadas en nuestra niñez regresaban como escenas de una película al presente, igualmente al charlar con la gente, sobre todo los antiguos que todavía estaban en su lucidez, fue muy agradable y reconfortante para nosotros.

Uno de los pocos días que estuvimos allí, mi quizo ir a Potoapata, uno de los lugares donde se practicaba el “llaqtamaqta”, salió temprano y regresó decepcionado, había ido en busca de una mandolina para tocar el “llaqtamaqta” en Potoapata, pero se dio con la sorpresa de que nadie tenía mandolina, casi nadie ya cantaba el “llaqtamaqta” y los jóvenes ni siquiera sabían bien lo que era, los mayores casi habían olvidado y nadie tenía mandolina. Los años de violencia fueron fatales para esta bonita costumbre, en los años más cruentos ya era impracticable ir por las noches a los lugares donde se podía cantar y bailar el “llaqtamaqta” como antaño, pues estaba prácticamente prohibido alejarse y reunirse fuera de la población sin que sean confundidos y ejecutados como “terrucos”, pocos siguieron cantando las canciones en los cumpleaños y reuniones familiares en los que eran posibles. De todas formas, mi tío consiguió desempolvar una mandolina con cuerdas viejas y algunas faltantes de uno de los paisanos, fuimos a Potoapata y allí cantó algunas canciones con la nostalgia en el alma y con lágrimas en los ojos.

Los últimos días de nuestra estadía, trató de conseguir un “toca cassettes” porque había llevado un cassette grabado con canciones de “llaqtamaqta”, los intérpretes eran los hermanos Ayala que seguían cantando sus canciones en Lima, ellos eran Aurelio Ayala y Alejandro Ayala que tocaban la mandolina y Primitiva Ayala que cantaba, con ellos, mi tío había grabado un cassette completo con varias canciones y quería hacer escuchar a la gente para que recuerden su costumbre. Coincidentemente esos días era la semana del niño y nos invitaron a presenciar las actividades de la escuela inicial y primaria, al que asistieron también niños de la escuela de Marco. Hubo una “arascasaca” por las calles del pueblo y un concurso de baile del “Huaylash” en la plaza en la que participaron todos los niños y nos nombraron como jurados. Al final del concurso, finalmente mi tío hizo que pusieran a tocar su cassette de “llaqtamaqta”, con el que se organizó una gran fiesta, bailaron los niños y los profesores y algunos pobladores. Los padres de familia que habían asistido al evento escuchaban con mucha emoción las canciones que cantaron o escucharon de jóvenes y que ya estaban olvidando. Muchos pobladores que estaban en sus casas salieron al parque al escuchar las dulces tonadas de las mandolinas que tocaban y cantaban Aurelio, Alejando y Primitiva, el “llaqtamaqta” se volvía a escuchar en la plaza de Chungui.

Los hermanos Ayala Alejandro Ayala y Aurelio Ayala
Alejandro Ayala y Aurelio Ayala

 

Años después mi tío me contó que había hecho reproducir unos 200 cassettes de “llaqtamaqta” y había llevado a Chungui para repartir entre la población, ya había llegado la carretera, aunque en mal estado, lo que hizo que al pasar la cumbre de Huarqaqasa, una de las cajas con la mitad de los cassettes salió disparado del techo de la combi, cayendo al barranco y dispersándose en la caída. La mitad de los cassettes llegaron a Chungui y él pudo repartir a la gente en forma gratuita, lamentablemente pocos tenías tocacassettes y muchos sólo podían guardarlo como un recuerdo, no sé si alguno tiene todavía hasta ahora. Lo cierto es que a partir de aquel entonces la gente empezó nuevamente a retomar el “llaqtamaqta” como su costumbre y las autoridades a poner en valor esta costumbre como un patrimonio de Chungui. Cuando Hermenegildo Ortiz llegó a la alcaldía fue cuando se declaró a Chungui como “Cuna del Llaqtamaqta”. Los hermanos Ayala siguieron practicando el “llaqtamaqta” en Lima, así como las otras costumbres como las fiestas patronales de la Virgen del Rosario, los carnavales, como las canciones del “ñan rutuy” que pudieron registrar algunas de ellas en cassettes antiguos.

Años después Aurelio Ayala tuvo una parálisis, aunque se recuperó bien ya no pudo tocar la mandolina, Primitiva Ayala falleció hace algunos años y ahora recibo la noticia de que Alejandro Ayala ha dejado de existir, me sorprendió mucho, porque él estaba en la plenitud de su vida y por cosas del destino ya era mi tío político. Yo hice algunos videos con los registros originales de ellos, es una manera de rendir homenaje a personas como Alejandro que salieron muy jóvenes de Chungui y mantuvieron su pasión por su tierra, en sus actividades, en su música, en sus recuerdos. No sé si mi tío Alfonso y los hermanos Ayala fueron conscientes del papel que tuvieron en la preservación y la reactivación del “llaqtamaqta” en Chungui, espero que algún día las autoridades y la población puedan reconocerles en la persona del único miembro del trío que queda en la actualidad, es decir Aurelio Ayala Ccaicuri.

Caminando en Chungui – La Mar

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CAMINANDO EN CHUNGUI (*) – LA MAR

Ivan L. Vivanco Ramos (**)

“Todos necesitamos ser aceptados, pero deben entender que sus convicciones son suyas, les pertenecen…aunque toda la manada diga: ¡no está bien! Robert Frost dijo: Dos caminos divergen en un bosque, y yo tomé el menos transitado de los dos, y aquello fue lo que cambió todo. Quiero que encuentren su propio camino.” Dead Poets Society (1989) – P. Weir

Leer en formato PDF: Caminando en la Oreja, Chungui por Ivan Vivanco

Quieres irte pero no a cualquier lugar, sino a un mundo mágico, bello, extraño, espiritual, épico, altruista, simple, mundano, tranquilo, verde, verde y mucho verde, amarillo…personas, valores, desafío, aventuras, naturaleza, paisaje, olores, colores, emociones, historias, comida, cultura, problemas, tristeza, felicidad, satisfacción, drama, riqueza, ausencia, luz, oscuridad, miedo, obstáculo, voluntad, vida, sueños, lucha y caminar… caminar hasta gastarse los pies los zapatos eso es lo que representa para mí: Chungui, Oreja de perro o Mayunmarka.

“La utopía sirve para caminar y eso quiero” E. Galeano.

Es el mes de julio y en toda la sierra hay un frío intenso y sol, este lugar no es ajeno al clima…pasó horas y horas ya desde la salida de Huamanga la capital de Ayacucho, ¿Será que ya llegamos? Se observa desde el carro un pueblo pequeño pero es más pequeño de lo que yo imaginaba…El sol, polvo, un jeep de los años sesenta, un pueblo fantasma parecía una escena sacada de una película, sin embargo al no detenerse y continuar me quedé con la primera imagen del lugar que siempre quedará en mí… minutos después llegamos a Chungui un lugar misterioso.

¿Cómo fue que llegue a este lugar? Fui parte de un equipo de investigación arqueológica en el 2008.

Chungui un lugar en el mundo andino dónde el frio es intenso y tiene el cielo estrellado. Un lugar típico de los pueblos andinos perdidos en la cordillera todavía con problemas de electrificación donde tienes que estar preparado con velas porque la luz viene, y va como el viento que sopla lento, fuerte y muy fuerte. Algunos restaurantes improvisados para los docentes y para uno que otro visitante de alguna comunidad lejana u funcionario público de la provincia. El único alojamiento se encuentra a una cuadra de la plaza del pueblo alrededor de esta se observa algunas casas antiguas hechas con balcones que empiezan a caer poco a poco, un lugar desolado y con la gente cautelosa ante los extraños pero con una plaza simpática a comparación del primer pueblo llamado Anama.

Lo más cercano que estuvimos al territorio propio de la oreja fue en la atmosfera de las fiestas patrias de aquel año, llegamos a un pequeños pueblo Sonccopa, por la carretera recién inaugurada dónde solo llegaba hasta aquí y en ese mismo viaje también se pudo llegar a Rumichaca un pueblo ubicado en el bosque de neblina entre la sierra y la selva, desde ya se apreciaba la grandeza de su selva y lo misterioso de sus tesoros escondidos. Se buscó y trató de conversar con la gente; encontramos la única tienda sencilla, con productos básicos. Se compró chocolates y galletas. El dueño nos contó un poco de este pueblo y nos llamó mucho la atención cuando nos hablaba de restos arqueológicos, que en la actualidad todavía sigue siendo un misterio, llamado Mayunmarka. Y es aquí donde comienza la aventura.

Niños del colegio de Churca realizan el desfile por las fiestas patrias – 2008

Coincidencias ese año escuche las palabras ‘Chapi’ y ‘Mayunmarka’, luego supe que se trataba de la hacienda Chapi y el pueblo pérdido de Mayunmarka.

Luego de ocho años…

Comunidad de Llaqtapata

Llegamos un poco atrasados con el tiempo a Malvinas, una de los tantos comunidades/anexos de Chungui ubicada en la selva muy cerca a la comunidad de Villa Vista. Buscamos una tienda para comprar algo de comida, pero es un reflejo del primer año que visite este territorio: sin tienda y con las personas cautelosas ante los extraños. Esta vez vengo acompañado de Clémentine, Moner y su primo; por medio de una asociación de Chungui para Chungui. Luego de caminar por un sendero por una hora empezamos a llegar al corazón de Mayunmarka: la comunidad de Moyabamba.

Comunidad de Moyabamba – 1320 msnm

“Mira profundamente en la naturaleza y entonces comprenderás todo mejor” A. Einsten

Se puede visitar: siete cataratas que se encuentran a treinta minutos de camino.

La comunidad se basa en la siembra y cosecha del café natural de altura, es decir es un café particular. Asimismo, se puede compartir las experiencias con la gente en todo el proceso del café.

Comunidad de Chinchibamba – 1170 msnm

A veinte minutos de camino se encuentra la comunidad de Chinchibamba. En esta ocasión nos acompañan Richard Guevara y Arturo Candía para poder ubicar sitios arqueológicos. Estamos preparados para acampar en el cerro Qaqchawara-pantalón sucio-, es decir en la montaña (referido a la selva). Luego de varias horas de caminata, sudor, golpes, sol y de luchar por encontrar el buen camino, debido, que ya no se camina por este lugar y en muchas partes se ha perdido el trazo a causa de la vegetación. Esta travesía finalmente tuvo su recompensa, al levantarse con los sonidos realizados por los animales, y no por ruidos de la ciudad.

Chinchibamba está cerca al río Mazo y se puede llegar en minutos para disfrutar de la naturaleza. También de los mosquitos, arboles, y una que otra piedra que tiene singular silueta. Buen lugar para poder encontrar un poco de tranquilidad.

Asimismo, la gente siembra y cultiva el cacao chuncho un grano especial por su sabor único.

Comunidad de Rumichaca – 3300 msnm

“La felicidad solo es real cuando se comparte.” A. Supertramp

Caminando por el camino antiguo que conecta la selva de Moyabamba a las frígidas punas de Rumichaca.

Las ocho de la mañana y estoy listo para empezar el día. Hoy no hay nubes y parece que será un día de fuerte pegada del sol. El camino tiene el trazo, va en ascenso con escalinatas de piedra y el drenaje para el curso del agua; mientras vas caminando empiezas a escuchar los sonidos de los animales y gran parte del camino se observa al gallito de las rocas, a los monos que tienen un chillido fuerte, y muchos pájaros acompañado del verde y el sonido que hace el río.
Luego de tres horas de camino, se ubica Sinuaccasa –mirador– es un lugar donde se puede descansar y dar una pausa con la espectacular vista al paisaje de este territorio.

Al descender tienes la compañía de la variedad de árboles, el canto de los picaflores y el sonido del río que se hace presente en todo el camino…. ¡No te sientes solo!. Hay un tramo mágico que la naturaleza moldeo a través de los años.

Los ríos que bajan de la parte alta de los Andes van hacia el río Apurímac. En una parte del camino se tiene que cruzar por el puente Chaupichaka, este tiene muchas historias y actualmente la población le retribuye con tradiciones que se festejan cada dos años.

Tres de la tarde, la caminata se hace pesada y más aún sabiendo que tienes que subir a la puna.

Rufino y su amigo caminando hacia su chacra.

Actualmente hay una carretera que conecta muchos lugares de esta parte de la selva de Chungui, descansando y subiendo o viceversa, veo venir una camioneta, alzo la mano y pasa a velocidad y en mí dije: ¡Estoy en la mierda! Y se detiene metros más adelante… ¡CORRE!

Luego de minutos llegue a Rumichaca. Luego de tener la compañía de frutas y un repuesto de llanta en la tolva de la camioneta y para variar neblina.

Me recibió Rufino Cárdenas el presidente de la comunidad. Él y su familia fueron muy cordiales conmigo en todo momento.

Se conoce a esta comunidad por la variedad de sus papas nativas, es confortante una sopa con estas papas para contrarrestar el frío intenso.

Los niños no conocen la tecnología pero eso no impide que sean felices, la vida es muy simple y siempre va de la mano con la felicidad.

El camino del andino y la naturaleza hacen bello este lugar. Se puede visitar: la laguna Piuraquio, que es un espejo al cielo entre las montañas ¡Simplemente es espectacular!

A mitad de camino se ubica Chunguiqasa, en la cima se puede observar un sitio de arquitectura Inca pero con la tecnología local: el ushnu Mesayuqpata acompañando al Apu Torrechayuq. Desde este lugar se puede apreciar lo cambiante de la naturaleza entre la selva, la puna y el juego de las neblinas.

Durante el trayecto me acompaño Heli Roca, él hace un cachuelo arriando vacas para Chungui, cuándo necesitas dinero ¡Todo vale!

¿Piensas que llevar vacas es una tarea fácil? Más difícil de lo que uno se imagina pero sin duda, el trekking de Rumichaca a Chungui fue lo más cómodo del viaje.

CHUNGUI – 3500 MSNM

El nunca jamás…

Como han cambiado las cosas en Chungui, es el pueblo que ahora tiene luz permanente, transporte todos los días, restaurantes, alojamientos, instituciones públicas, y hasta internet ¡conectando con la provincia, el departamento, el Perú…el mundo! La plaza ha sido renovada donde la imagen principal es la Virgen de Rosario. Las personas así como adultos, jóvenes y niños pasean en este espacio y lo hacen vivir.

Chungui está rodeado por montañas que son los apus principales de la zona y por medio pasa un pequeño río que constantemente realiza sonido. Una forma de comunicación para decir que nunca estuvo solitaria, siempre estuvo acompañada de la naturaleza.

A dos horas de caminata se puede llegar a Bombelo un sitio arqueológico de estructuras circulares, patios y terrazas que nivelan y modifican la topografía. También se tiene una vista envidiable al paisaje de Andahuaylas, el otro lado del río Pampas.

Realice los trámites para poder visitar el territorio de la oreja sin complicaciones y tener la ayuda de los pobladores y autoridades locales de las comunidades que fue realizado todo ello gracias a Flover Junco.

Después de descansar, con la confianza, las ganas de seguir y luego de cargar las baterías, sigo el camino hacia la oreja. Ahora hay transporte todos los días que vienen y van hacia Sonccopa.

En gran parte de la carretera se puede ver el río Pampas, a través del tiempo ha sido erosionado la naturaleza y lo serpentea a las montañas en el fondo del cañón.

Comunidad de Sonccopa – 3750 msnm

“Lo que no es piedra, es luz” O. Paz

Hay más personas en la comunidad inclusive la carretera llega hasta las comunidades de Pallqas y Chupon que pertenecen a la ex hacienda Chapi. Me dirijo rápido a buscar a Darío Bedriñaña el presidente de la comunidad para que me pueda brindar ayuda.

Él, su cuñado y el vecino fueron a la comunidad de Huecchues para exhumar los cuerpos de dos varones y una mujer que fueron producto de la violencia política en los años ochenta, este trabajo lo realizó un equipo del Ministerio Publico, los cuerpos exhumados eran familiares de Darío, luego de más de veinte años el duelo fue calmado un poco, un poco de luz.

A cuatro horas de caminata se ubica Intiwatana un sitio arqueológico y el apu importante de esta zona. El camino va hacia la selva y se desvía en la parte alta. Hay mucha neblina, ichu, insectos, pequeñas flores de colores que solo crecen en este tipo de clima frígido, lagunas, piedras y muchas rocas ¡Es un paisaje salvaje!

Intiwatana, un lugar místico donde la niebla juega a placer con la ilusión óptica, son esos momentos que nunca olvidas.

Al regreso se puede ver la puesta del sol y las montañas altas que rodean este paisaje desde el Quriwayrachina un ushnu que está situado en la parte alta del cerro de Sonccopa.

Comunidad de Chupón – 3530 msnm

“En todos los caminos, siempre hay un desvío para ir a la felicidad.” Pacoyo

Saúl el cuñado de Darío, me acompañó por el camino antiguo que actualmente ya no es utilizado debido a la carretera y un camino opcional para los pobladores. Sin embargo por el camino del Inca o camino andino se puede observar la laguna Yanaqocha junto al imponente Yanaurqu sin duda es una vista espectacular que te acompaña todo el camino.

Hay muchas historias en los caminos de los pobladores que se encontraron con animales silvestres, como: osos y pumas andinos en el Yanaurqu, esto se debe a su cercanía con la selva.

El camino hacia Chupón esta empedrada, tiene escalinatas, drenajes y se observa permanentemente el paisaje del apu Utarqui.

Chupón es un pueblo que se encuentra entre la selva y la puna, un lugar de transición, un lugar de descanso antes de seguir adelante. La familia Ccaicuri y Gregorio Huanaco, me reciben en dicho pueblo, este último es el presidente de Belen Chapi, es decir la ex hacienda Carrillo y ahora conocido como oreja de perro denominado de esta manera por los militares en la década de los ochenta.

A lo largo del camino y del viaje las personas siempre te reciben con un plato de comida, fruta o una sonrisa.

Comunidad de Chapi – 1520 msnm

Buscar lo humano dentro de la humanidad

Al día siguiente, de cinco a siete horas según el ritmo de caminata se encuentra Chapi. Para ello, me facilitaron algunos datos e hice un pequeño croquis para llegar;  Bajando me encuentro con Bonifacio, él enfermero de Chapi, se dirige a Chungui para realizar sus reportes. Salió a las tres de la madrugada y lo encuentro a las ocho y picos minutos, él tiene que continuar caminando hasta Sonccopa para poder encontrar un transporte que lo lleve a su destino. Veo a dos personas más y después de tres horas caminando no me encuentro con nadie, el camino es difícil va ascendiendo y descendiendo por tramos de piedra, ríos y mucha naturaleza.

Luego de cuatro horas caminando y el típico aquisito nomá…

– Buenos días señora.
– Buenos días jóven, ¿tienes la hora?
– Si, es la 1 pm, ¿Chapi, está cerca?
– ¿Primera vez? ¡Si esta aquisito nomá a la vuelta! Todo bajada.
Un joven que acompaña se ríe (llegué luego de 2 horas).

Personas que van a la feria quincenal que se realiza los domingos en Chupón, para intercambiar sus productos, conocido como trueque andino.

Hice caso al croquis todo derecho y por fin veo a Chapi, el último desvío izquierda.

Al ingresar a Chapi todavía puedes sentir ese ambiente de una hacienda, una calle principal, muros hechos de ladrillos en muchos casos con grandes columnas y las chacras ordenadas de un lado a otro del camino. Se hizo un desvió al camino antiguo para que justamente ingrese a la hacienda.

 

Mientras uno va llegando a la plaza se va encontrando en el camino con fierros oxidados, retorcidos que al parecen pertenecen a un carro o una maquina y la pregunta ¿si no hay carretera?

Al ingresar veo casas hechas de adobe con tejas y calaminas a doble agua, gallinas, pavos, gatos y uno que otro perro. Todavía se observa del que supongo fue el patio de la hacienda, una especie de pileta dónde corre el agua, una piscina junto a palmeras y una iglesia que a su interior se encuentra una máquina para procesar la caña de azúcar. Si caminas por estos lugares puedes ver aún las calles hechos con piedras y el nicho donde yace el cuerpo del hacendado Carrillo, hecho de ladrillos que ahora se caen a pedazos y donde se puede observar partes de los restos óseos.

 

Este lugar para mí fue significativo por su gente, la comida, el clima, la naturaleza y su tranquilidad. Por estos lugares como en otros casos siempre te reciben con un poco de comida o fruta a pesar de que ellos tienen poco –Pobre es el que necesita mucho– J. Mujica.

Busque a las personas pero solo están los niños en el pueblo, porque los padres se fueron a las chacras a trabajar, al caer la noche me dirijo a la única tienda del pueblo, le pertenece a Camilo Ccaicuri. Una persona humilde, leída y con muchas ganas de cambiar las cosas luego de retornar a su tierra. Muchas personas de Chapi son retornantes a través del puente del retorno Kutinachaka,  realizado por el belga Mark Willems aun lo recuerdan con cariño y admiración. Después de resistir la violencia política de los años ochenta.

Me quedé un día más para descansar y aprovechar de visitar el río Apurímac que esta a una hora de caminata. En esta pequeña parte, hay una formación topográfica bien particular, el río crece y decrece por efecto hace mucho sonido. Algo curioso en esta parte es que los pescados luchan para pasar y en esta pelea tratan de saltar consiguiendo salir de su hábitat y por consiguiente se puede pescar fácilmente, es un espectáculo este pequeño lugar llamado Pawaq.

Conocí a personas de Mandor un caserío cerca a la selva, ellos también son retornantes, viven y sobreviven de acuerdo a sus posibilidades, hoy es domingo no hay colegio así que han venido en familia a tratar de pescar para comer. Los niños para ir a la escuela parten de madrugada y necesitan caminar entre cinco a seis horas…se va terminando el día y hay una lección –El verdadero discípulo es el que supera al maestro- Aristóteles.

Esos dos días en Chapi fue gratificante y ese sentimiento como estar en casa por el magnífico amanecer y atardecer. Cabe recalcar que allí siempre te reciben con un poco de comida seas parte o no de la familia.

3:30 de la madrugada y suena la alarma es hora de alistar las cosas para ir caminando hacia el puente Pumachaka, cruzar y seguir hasta Amaybamba un distrito de Cusco.

A veces se gana y otras veces se aprende. He aprendido que caminar en la madrugada es mejor que hacerlo de día debido a los mosquitos, al sol que pega fuerte y el bochorno durante el transcurso del camino.

Camilo me va acompañar hasta el cerro Pukara y me enseñara el camino a seguir para llegar al puente y los sitios arqueológicos.

Antes de despedirse me muestra tres caminos: Hacia la hacienda Río Blanco, el pueblo de Hullhua y las pampas de Pumachaka.

Ya pasó tres horas dónde deje a Camilo y no encuentro a nadie en el camino, pero al llegar a lo alto ya divisó las pampas Pumachaka y el camino que sube hacia Amaybamba.

A las diez de la mañana llegó y empiezo a ubicar el sitio arqueológico. Se trata de un ushnu, cruzo el río por el puente Pumachaka y registro el otro ushnu, es decir se ubican frente a frente, el río es una frontera natural. Y allí empieza el mundo de Cusco, me detengo por la tranquilidad del lugar en el silencio, un silencio que es todo y nada –El silencio no es tiempo perdido- G. Cerati.

Mientras voy ascendiendo hacia Amaybamba todo se hace más difícil el clima, el cansancio, el viento y sol. Después de ascender dos horas cansado ya sin tener provisiones me hago la pregunta: ¿Qué hago acá? En un momento pensé debería estar en casa viendo fútbol, descansando, disfrutando de mi familia, amigos, pero, siempre hay un pero.

Un lugar dónde nadie camina, lugar solitario, dónde el viento soplaba cada vez más fuerte y el sol se hacía insoportable encuentras a alguien que te devuelve el ánimo y aliento para continuar, sin duda encontrarse con un amigo de la universidad es reconfortante. Definitivamente la oreja y su geografía te trae muchas sorpresas, gracias Marco Naveros.

En el camino hacia Amaybamba se puede observar el Choquesafra.

Amaybamba, se ubica en la ceja de selva. Busque un pequeño alojamiento y luego de comer un poco e hidratarme, en una tienda me detengo y veo el atardecer y la puesta del sol dónde se divisa la silueta del gran apu Utarqui, el más importante de la oreja.

Tú obstáculo será tu voluntad o a falta de ello. C. Cambronero

Mark Willems enseño que no se necesita al sistema para un cambio sino la voluntad y lo demostró al construir el puente Kutinachaka, gracias al  puente muchas familias volvieron a su tierra, a su lugar, a su vida ¡Solo se puede cambiar las cosas con las personas que creen en un día mejor!

Chungui es un lugar de lucha desde el mundo andino antiguo, contra los hacendados. Y actualmente con la pobreza y el olvido del estado, sin embargo Chungui es más que esto, ha sabido salir de todo esto y lo dice la historia. El motor de la historia es su gente, un pueblo sin historia es un pueblo sin alma pero ¡Chungui tiene historia y mucha alma!

¡La vida continúa a pesar de todo lo vivido en la época de violencia, los Chunguinos siguen adelante se han adaptado a su lugar y a la vida para seguir adelante!

Siempre habrá un antes, durante y después de caminar Chungui…ha sido un placer caminar por la oreja. ¡Siempre alocados, siempre hambrientos!

Datos importantes:

– Chungui se encuentra a seis horas de Huamanga, Capital de Ayacucho.

– Fiesta religiosa más importante la Virgen del Rosario en el mes de Octubre.

– El Ñan Rutuy y Kullu Wantuy se celebra cada dos años en el mes de Julio.

– Música autóctona el Llaqtamaqta.

– Para más información: mayunmarka@chungui.info, http://www.chungui.info/chungui, http://mayunmarka.chungui.info, https://www.facebook.com/mayunmarka.

Agradecimientos:

Gracias por la oportunidad al Proyecto Choquek’iraw–Chanka, Municipalidad Distrital de Chungui, Proyecto Focam–UNSCH, Asociación Indígena Mayunmarka, Dr. Patrice Lecoq, Cirilo Vivanco, Moner Lizana, Clémentine Flack, Sébastien Jallade, Max Altamirano, y a todos las personas que hicieron posible caminar y caminaron por Chungui, a todos los Chunguinos que me ayudaron a entender su mundo y el quehacer día a día.

NOTAS

(*) Chungui Llaqta: Allqupa Rinrin Nisqaypin Puriynin (Quechua).

(**) Egresado de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga, correo: ivanvivanco@hotmail.es

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