¿Cómo llegó el cacao a Chungui?

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Colaboración de Rene Juárez La Rosa

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La historia que yo sé es así:

Cuando yo era niño solía viajar a lomo de bestia con mi padre, Víctor Juárez Paredes. Viajábamos desde Chungui hasta Huanta a través de un camino de arriero, esto duraba 8 días ida y vuelta. Eran los años de 1949 a 1951, yo tenía entre 8 y 10 años, en uno de estos viajes mi papá me contó la historia de cómo su padre, mi abuelo, Don Emilio Juárez Salas, llevó el cacao a Chungui.

Cacao Chuncho en Chinchibamba

Don Emilio, un chunguino valiente, se había unido a las tropas del Mariscal Andrés Avelino Cáceres durante la Guerra con Chile y luchó, incluso, al lado del Coronel Víctor Fajardo. Cuando termina la guerra regresa a Chungui y como ex-combatiente solicita al Estado un reconocimiento, por lo que se le concede una parcela de unas 400 a 500 hectáreas de bosque en la zona de Rosas Pampa, Chiribamba y Sintu. Aquí, primero cultiva caña de azúcar y con dos de sus hermanos produce aguardiente. Pero su inquietud era mayor por lo que piensa en el cultivo del cacao, café y maní.

En esos tiempos, finales del siglo XIX, no había cacao en la selva de Chungui, pero Don Emilio sabía que crecía en Quillabamba, Cuzco, y decide mandar a dos peones tomando la ruta de Churca, Sonqopa, Pallqas, Muyoq, es decir, siguiendo el trazo del Camino Inca que une Ayacucho con Cuzco; cruzan el río Pampas, y continúan hasta Quillabamba en Cuzco. Allí los peones consiguen los potes de cacao, con estas semillas vuelven a Chungui y se encaminan de regreso a Rosas Pampa. Estas semillas son sembradas aquí pero no llegan a crecer, es que la ruta tomada cruzaba la sierra, y el intenso frío sumado a los días que duró el viaje las había afectado.

Rene Juarez La Rosa

Mi abuelo Emilio era persistente, así que hace un segundo intento y esta vez fue él mismo con sus trabajadores a Quillabamba, pero decide cambiar la ruta, eligiendo un camino con un clima más cálido de modo que las semillas no se enfríen. El trayecto lo hacen por Jahuanyunca y Chinete, cruzan el río Apurímac y llegan a la Hacienda Usambre. Aquí el grupo tiene que enfrentarse con otro obstáculo. El dueño de la Hacienda Usambre era un hombre cruel, que cometía diversos abusos con los nativos y no permitía que gente extraña atravesara sus tierras para evitarse molestos testigos. Sin embargo, este señor de apellido Verge y mi abuelo Emilio habían sido compañeros de armas durante la guerra con Chile, mi abuelo habló con él solicitándole su permiso para cruzar sus terrenos, Verge accede: cruzarían las tierras de la hacienda solo dos veces, una de ida y otra de vuelta.

Esta vez hubo éxito. Las semillas de cacao traídas de Quillabamba a Chungui por una ruta más amable con ellas, fueron sembradas y crecieron en la hacienda de Rosas Pampa.

Y, según me cuentan, hasta el día de hoy existen unas cuantas plantas centenarias de este cacao original como testigos perdurables de un visionario patriota chunguino de segunda generación, quien fue Don Emilio Juárez Salas.

Esto es lo que yo recuerdo que me contó mi padre. José René Juárez La Rosa (Nieto)

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